Mil y una Fábulas (Latín-Inglés)

18 noviembre 2022

PELICULA DE LA SEMANA (18 Nov): As bestas

 (Cfr. www.filmaffinity.com)

As bestas

Título original
As bestas
Año
Duración
137 min.
País
España España
Dirección
Guion
Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
Música
Olivier Arson
Fotografía
Álex de Pablo
Reparto
Compañías
Coproducción España-Francia;
Arcadia Motion Pictures, Caballo Films, Cronos Entertainment AIE, Le Pacte, RTVE, Movistar Plus+, Canal+, Ciné+
Género
Thriller. Drama | Vida rural
Sinopsis
Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
Posición en rankings FA
Premios
2022: Festival de San Sebastián: Premio del Público - Mejor film europeo
2022: Festival de Tokyo: Mejor película, mejor director y mejor actor (Menochet)
Críticas

 

PELICULA DE LA SEMANA (18 Nov): Lejos de Luisiana

 (Cfr. www.todostuslibros.com)

 

 

Lejos de Luisiana

Premio Planeta 2022

Autor/a: Gabás, Luz

Persiguieron sus sueños a orillas del Misisipi. Sus vidas fueron más grandes que el río.Después de años de colonización, la familia Girard acepta la controvertida decisión de su pa...
978-84-08-26560-3 / Editorial Planeta
23,50€

(22,60€ sin IVA

 

Sinopsis

Ficha Técnica

Materias:
Ficción histórica | Narrativa romántica histórica | Ficción moderna y contemporanea
Editorial:
Editorial Planeta
Colección:
Autores Españoles e Iberoamericanos
Encuadernación:
Cartoné
País de publicación :
España
Idioma de publicación :
Castellano
Idioma original :
Castellano
Autor/a: :
Gabás, Luz
ISBN:
978-84-08-26560-3
EAN:
9788408265603
Dimensiones:
230 x 150 mm.
Peso:
992 gramos
Nº páginas:
768
Fecha publicación :
04-11-2022
Más sobre el autor

Gabás, Luz

 


Catequesis sobre discernimiento: ¿por que estamos desolados?

 (Cfr. www.almudi.org)

 

 



PARA ESCUCHARLA Y VERLA, PINCHA AQUI: https://youtu.be/ZKep4LVKWmg

La desolación ha sido el tema de la catequesis del Papa sobre el discernimiento, durante la Audiencia general de hoy.

Catequesis del Santo Padre en español

Texto completo de la catequesis del Santo Padre traducido al español

Retomamos hoy las catequesis sobre el tema del discernimiento. Hemos visto lo importante que es leer lo que se mueve dentro de nosotros, para no tomar decisiones apresuradas, llevados por la emoción del momento, solo para arrepentirnos cuando ya es demasiado tarde. Es decir, leer qué sucede y después tomar las decisiones.

En este sentido, también el estado espiritual que llamamos desolación, cuando en el corazón todo está oscuro, está triste, ese estado de desolación puede ser ocasión de crecimiento. De hecho, si no hay un poco de insatisfacción, un poco de tristeza saludable, una sana capacidad de vivir la soledad y estar con nosotros mismos sin huir, corremos el riesgo de permanecer siempre en la superficie de las cosas y no entrar nunca en contacto con el centro de nuestra existencia. La desolación provoca una “sacudida del alma”: cuando uno está triste es como si el alma se sacudiera; mantiene despiertos, favorece la vigilancia y la humildad y nos protege del viento del capricho. Son condiciones indispensables para el progreso en la vida, y, por tanto, también en la vida espiritual. Una serenidad perfecta, pero “aséptica”, sin sentimientos, nos hace inhumanos cuando se convierte en el criterio de decisiones y comportamientos. No podemos evitar los sentimientos: somos humanos y el sentimiento es una parte de nuestra humanidad; sin entender los sentimientos seríamos inhumanos, sin vivir los sentimientos seríamos también indiferentes al sufrimiento de los demás e incapaces de acoger el nuestro. Sin considerar que la “perfecta serenidad” no se alcanza por ese camino de la indiferencia. La distancia aséptica: “Yo no me involucro en las cosas, yo tomo distancia”: eso no es vida, es como si viviéramos en un laboratorio, encerrados, para no tener microbios, enfermedades. Para muchos santos y santas, la inquietud fue un impulso decisivo para dar un giro a su vida. Esa serenidad artificial no va, mientras que la sana inquietud es buena, el corazón inquieto, el corazón que trata de buscar camino. Es el caso, por ejemplo, de Agustín de Hipona o de Edith Stein o de José Benito Cottolengo o de Carlos de Foucauld. Las decisiones importantes tienen un precio que la vida presenta, un precio que está al alcance de todos: es decir, las decisiones importantes no vienen de la lotería, no; tienen un precio y tú debes pagar ese precio. Es un precio que debes pagar con tu corazón, es el precio de la decisión, un precio que hay llevar adelante, un poco de esfuerzo. No es gratis, pero es un precio al alcance de todos. Todos debemos pagar esa decisión para salir del estado de indiferencia, que nos siempre abate.

La desolación es también una invitación a la gratuidad, a no actuar siempre y solo en vista de una gratificación emotiva. Estar desolados nos ofrece la posibilidad de crecer, de iniciar una relación más madura, más hermosa, con el Señor y con las personas queridas, una relación que no se reduzca a un mero intercambio de dar y tomar. Pensemos en nuestra infancia, por ejemplo, cuando éramos niños, sucede a menudo que buscamos a los padres para obtener algo de ellos, un juguete, dinero para comprar un helado, un permiso... Y así los buscamos no por sí mismos, sino por un interés. Sin embargo, ellos son el don más grande, los padres, y esto lo entendemos a medida que crecemos.

También muchas de nuestras oraciones son un poco de ese tipo, son peticiones de favores dirigidos al Señor, sin un verdadero interés por Él. Vamos a pedir, pedir y pedir al Señor. El Evangelio señala que Jesús a menudo estaba rodeado de mucha gente que lo buscaba para obtener algo, curaciones, ayudas materiales, y no solo para estar con Él. Estaba rodeado de multitudes y, sin embargo, estaba solo. Algunos santos, y también algunos artistas, han meditado sobre esta condición de Jesús. Podría parecer raro, irreal, preguntar al Señor: “¿Cómo estás?”. En cambio, es una manera muy hermosa de entrar en una relación verdadera, sincera, con su humanidad, con su sufrimiento, también con su singular soledad. Con Él, con el Señor, que quiso compartir a fondo su vida con nosotros.

Nos hace mucho bien aprender a estar con Él, a estar con el Señor sin otro fin, exactamente como nos sucede con las personas a las que queremos: deseamos conocerlas cada vez más, porque es hermoso estar con ellas.

Queridos hermanos y hermanas, la vida espiritual no es una técnica a nuestra disposición, no es un programa de “bienestar” interior que nos corresponde programar. No. La vida espiritual es la relación con el Viviente, con Dios, el Viviente, irreducible a nuestras categorías. Y la desolación entonces es la respuesta más clara a la objeción de que la experiencia de Dios sea una forma de sugestión, una simple proyección de nuestros deseos. La desolación es no sentir nada, todo oscuro: pero tú buscas a Dios en la desolación. En ese caso, si pensamos que es una proyección de nuestros deseos, siempre seríamos nosotros quienes la programamos, siempre estaríamos felices y contentos, como un disco que repite la misma música. En cambio, quien reza se da cuenta de que los resultados son imprevisibles: experiencias y pasajes de la Biblia que a menudo nos han entusiasmado, hoy, extrañamente, no suscitan ningún entusiasmo. E, igualmente de forma inesperada, experiencias, encuentros y lecturas a los que nunca habíamos hecho caso o preferíamos evitar ―como la experiencia de la cruz― dan una paz inmensa. No tener miedo a la desolación, llevarla adelante con perseverancia, no huir. Y en la desolación tratar de encontrar el corazón de Cristo, encontrar al Señor. Y la respuesta llega, siempre.

Ante las dificultades, pues, nunca desanimarse, por favor, sino afrontar la prueba con decisión, con la ayuda de la gracia de Dios que nunca nos falla. Y si sentimos dentro de nosotros una voz insistente que quiere distraernos de la oración, aprendamos a desenmascararla como la voz del tentador; y no nos dejemos impresionar: simplemente, ¡hagamos precisamente lo contrario de lo que nos dice! Gracias.

Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, en particular a los colegios Fénelon y Blomet de París, a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Turgeau en Haití y a la parroquia de Herrlisheim. Hermanos y hermanas, ante las dificultades y problemas de la vida, a veces nos sentimos impotentes, desanimados y molestos. Pedimos la gracia de Dios para afrontar la prueba con decisión y con fe en abandono total a la divina Providencia. ¡Dios os bendiga!

Doy la bienvenida a todos los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los de Inglaterra, Dinamarca, Países Bajos, Indonesia, Canadá y Estados Unidos de América. Sobre todos vosotros invoco la alegría y la paz de Cristo nuestro Señor. ¡Dios os bendiga!

Queridos hermanos y hermanas de lengua alemana, el próximo domingo, último del año litúrgico, celebraremos la solemnidad de Cristo Rey. Encomendémonos al Señor de la historia en todas las tribulaciones de nuestro tiempo, con la certeza de que en el trono de la Cruz venció al mal y a la muerte.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a Jesús crucificado, despojado de todo, que clama a su Padre: “Dios mío, Dios mío porqué me has abandonado”, que nos ayude seguirlo también en la desolación, dándonos una fe sólida, una esperanza inquebrantable y una caridad capaz abandonarse incondicionalmente a su voluntad. Muchas gracias.

Saludo a los diversos grupos de peregrinos de lengua portuguesa, en particular al Instituto misionero “Siervos de Jesús Salvador”, a los fieles de Curitiba y de Umuarama, a los representantes de “Rádio Renascença” de Portugal. Nunca dejéis que ninguna nube en vuestro camino os impida irradiar la gloria y la esperanza depositadas en vosotros, alabando siempre al Señor en vuestros corazones, dando gracias a Dios Padre por todo. ¡Dios os bendiga!

Saludo a los fieles de lengua árabe. Ante las dificultades, no os desaniméis nunca, sino afrontad la prueba con decisión, con la ayuda de la gracia de Dios que nunca nos falta. ¡Que el Señor os bendiga a todos y os proteja siempre de todo mal!

Doy la bienvenida a los peregrinos polacos. Saludo a los miembros de la Fundación SOAR y a los artistas de Polonia, Ucrania, Israel y otros países, participantes en el Festival de los Salmos de David, que han venido a Roma para presentar el concierto “Salmos de paz y de misericordia”. Deseo que este acto artístico y espiritual favorezca propósitos y proyectos de fraternidad y armonía. Mi bendición para todos.

Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. En particular, saludo a los Pequeños Apóstoles de la Redención reunidos en el Capítulo general, a las Religiosas de la Unión de Superioras Mayores de Italia, a la comunidad del Seminario Leoniano de Anagni ―esos seminaristas se hacen oír― con algunos Obispos del Lazio: exhorto a todos a seguir adelante con valentía, consolidando los propósitos de fidelidad al Señor y a la Iglesia. Recibo con alegría a los Bomberos del Abruzo: muchas gracias por vuestro importante trabajo. Cuando rezo por los bomberos, pido una gracia para ellos: que no tengan trabajo. Saludo además a los fieles de Bisceglie y a los de Moiano y espero que vuestra peregrinación sea rica en frutos espirituales en beneficio de vuestras respectivas comunidades eclesiales.

Elevo mis oraciones por las víctimas inocentes del atentado terrorista ocurrido en los últimos días en Estambul. Nuestra oración incesante es también por la masacrada Ucrania: que el Señor dé a los ucranianos consuelo, fortaleza en esta prueba y esperanza de paz. Podemos rezar por Ucrania, diciendo: “Date prisa, Señor”.

Por último, como siempre, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, enfermos, ancianos y recién casados. Siguiendo el ejemplo de santa Margarita de Escocia y santa Gertrudis, cuya memoria celebramos hoy, buscad siempre en Jesús la luz y el apoyo para todas vuestras decisiones en la vida diaria. ¡A todos mi bendición!

Llamamiento

Con profundo dolor y preocupación he recibido la noticia de un nuevo y masivo ataque con misiles contra Ucrania que ha causado muertes y daños a muchas infraestructuras civiles. Recemos para que el Señor convierta los corazones de quienes aún apuestan por la guerra y haga prevalecer el deseo de paz para la martirizada Ucrania, con el fin de evitar cualquier escalada y abrir el camino al alto el fuego y al diálogo.

Fuente: vatican.va / romereports.com

Traducción de Luis Montoya

Meditación Domingo 34º t.o. (C). Cristo Rey

 (Cfr. www.almudi.org)

 

Jesucristo Rey del Universo

«Las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido”. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro lo increpaba: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Jesús le respondió: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”» (Lucas 23,35-43).

I. La solemnidad que celebramos “es como una síntesis de todo el misterio salvífico” (JUAN PABLO II, Homilía). Con ella se cierra el año litúrgico, después de haber celebrado todos los misterios de la vida del Señor, y se presenta a nuestra consideración a Cristo glorioso, Rey de toda la creación y de nuestras almas. Esta fiesta fue instituida para mostrar a Jesús como único soberano ante una sociedad que parece querer vivir de espaldas a Dios (PIO XI, Encíclica Quas Primas). Cristo vino a establecer su reinado, no con la fuerza de un conquistador, sino con la bondad y mansedumbre del pastor. Con esta solicitud el Señor buscó a los hombres dispersos y alejados de Dios por el pecado. Y como estaban heridos y enfermos, los curó y vendó sus heridas. Tanto los amó que dio la vida por ellos. El Reino instaurado por Jesucristo viene a revelar el amor de Dios, y actúa como fermento y signo de salvación para construir un mundo más justo, más fraterno, más solidario, inspirado en los valores evangélicos de la esperanza y futura bienaventuranza.

II. Oportet autem illum regnare…, es necesario que Él reine…(1 Corintios 15, 25) Es necesario que reine en primer lugar en nuestra inteligencia, mediante el conocimiento de su doctrina y el acatamiento amoroso de esas verdades reveladas; es necesario que reine en nuestra voluntad, para que obedezca y se identifique cada vez más plenamente con la voluntad divina; es preciso que reine en nuestro corazón, para que ningún amor se interponga al amor de Dios; es necesario que reine en nuestro cuerpo, templo del Espíritu santo (PIO II, Encíclica Quas primas); en nuestro trabajo, camino de santidad. La fiesta de hoy es como un adelanto de la segunda venida de Cristo en poder y majestad, la venida gloriosa que llenará los corazones y secará toda lágrima de infelicidad. Pero a la vez es una llamada y un acicate para que a nuestro alrededor el espíritu amable de Cristo impregne todas las realidades terrenas. Nosotros colaboramos en la extensión del reinado de Jesús cuando procuramos hacer más humano y más cristiano el pequeño mundo que nos rodea, el que cada día frecuentamos.

III. En la fiesta de hoy oímos al Señor que nos dice en la intimidad de nuestro corazón: Yo tengo sobre ti pensamientos de paz y no de aflicción (Jeremías 29, 11), y hacemos el propósito de arreglar en nuestro corazón lo que no sea conforme con el querer de Cristo. A la vez, le pedimos poder colaborar en esta tarea grande de extender su reinado a nuestro alrededor y en tantos lugares donde aún no le conocen. Para hacer realidad nuestros deseos acudimos, una vez más, a Nuestra Señora, la Madre santa de nuestro Rey, la Reina de nuestro corazón. Le pedimos que sepamos componer nuestra vida y en la vida de los que nos rodean, quasi fluvium pacis (Isaías, 66, 12), como un río de paz.

Textos basados en ideas de Hablar con Dios de F. Fernández Carvajal.

 

Homilía Domingo 34º t.o. (C) Cristo Rey

 (Cfr. www.almudi.org)

 

 


(Sam 5,1-3) "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel"
(Col 1,12-20) "Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres"
(Lc 23,35-43) "Hoy estarás conmigo en el paraíso"

 Fin Año Liturgico, Reinado de Cisto

Termina el Año Litúrgico con la Solemnidad de Cristo Rey. Pero ¿qué rey es éste que agoniza de forma tan atroz y humillante? Aparentemente todo parece un fracaso: las autoridades religiosas, el pueblo y los soldados romanos, ignorantes del misterio que presenciaban, se burlaban diciendo "A otros ha salvado, que se salve a sí mismo si él es el Mesías de Dios". También uno de los  crucificados con Él se unió al coro de los blasfemos. Jesús sufre y calla porque Él reina desde la Cruz y no desde el poder. Su reino es de amor: "Dios amó tanto al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito" (Jn 3,16).

Debemos rogar al Espíritu Santo que no olvidemos esta gran lección: la entrega de nuestra vida hasta el último aliento por amor a Dios y a los demás, unida a la de Cristo en la Cruz, es lo que nos salva y nos asocia a la implantación del reinado de Cristo en este mundo. Lo que resulta escandaloso o mera locura, es fuerza y sabiduría de Dios, "porque la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres" (1 Co 1,25).

Frente a la tentación de la fuerza y el poder de un reinado político, Jesús reina desde la Cruz. Su corona son las espinas. Su cetro y su púrpura una caña y un manto de burla. Sus armas la verdad. Su ley el  amor. Ante el desafío para que emplee su poder divino bajando de la Cruz, el Señor calla. Pero su silencio también habla. Habla de un amor inmenso, grande como  el mismo Dios. Allí nos salvó de la muerte y luego entregó su Espíritu.

Salvo María, la Madre de Jesús y nuestra, y quienes están más o menos cerca de la Cruz, tan sólo un pecador arrepentido -el buen ladrón que la tradición conoce con el nombre de Dimas- alcanza a ver algo del misterio de Jesús y, con humildad, le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino. "He repetido muchas veces, dice S. Josemaría Escrivá de Balaguer, aquel verso del himno eucarístico: peto quod petivit latro poenitens, y siempre me conmuevo: ¡pedir como el ladrón arrepentido! Reconoció que él sí merecía aquel castigo atroz. Y con una palabra robó el corazón a Cristo y se abrió las puertas del Cielo". Jesús, como de costumbre, le dio más de lo que pedía.

Hoy estarás conmigo en el paraíso. Cristo es Rey de un modo radicalmente distinto a los de esta tierra. Sí, existe un mundo en el que la verdad y la vida -como reza el Prefacio de hoy-, la santidad y la gracia, la justicia, el amor y la paz, contrastan con las perversiones que nos rodean. Cristo nos ha abierto las puertas de ese mundo. Es lo que hoy celebramos con toda la Iglesia. Que María nos consiga del Espíritu Santo el don de sabiduría para ver en los sinsabores y penas de la vida lo que va edificando el Reinado de Jesucristo.

13 noviembre 2022

PELICULA DE LA SEMANA (11 Nov): La Maternal

 (Cfr.

La maternal

Título original
La maternal
Año
Duración
122 min.
País
España España
Dirección
Guion
Pilar Palomero
Fotografía
Julián Elizalde
Reparto
Compañías
Inicia Films, BTeam Pictures, RTVE, TV3, Aragon TV, Movistar Plus+
Género
Drama | Maternidad. Adolescencia
Sinopsis
Carla tiene 14 años y es una joven desafiante y rebelde. Vive en un viejo restaurante de carretera en las afueras de un pueblo con su joven madre soltera mientras falta a clase y pasa las horas con su amigo Efraín. Cuando la trabajadora social se da cuenta de que está embarazada de cinco meses, Carla ingresa en 'La Maternal', un centro para madres menores de edad donde comparte su día a día con otras jóvenes como ella. Juntas con sus bebés, se enfrentarán a este nuevo mundo de adultos para el que no les ha dado tiempo a prepararse. (FILMAFFINITY)
Posición en rankings FA
Premios
2022: Festival de San Sebastián: Mejor interpretación protagonista (Carla Quílez)
Críticas

)

LIBRO DE LA SEMANA (11 Nov): Después de diciembre (versión revisada)

 (Cfr. www.todostuslibros.com)

 

 

Todo cambiará... después de diciembre. El tiempo es algo relativo. Para algunos pasa más rápido; para otros, no tanto. A Jenna Brown el último año se le ha hecho eterno. Cuando sup...
978-84-18798-91-7 / MONTENA
17,95€
(17,26€ sin IVA) 
 
 

Sinopsis

Ficha Técnica

Materias:
Relatos románticos y de relaciones interpersonales (infantil/juvenil)
Editorial:
MONTENA
Colección:
Meses a tu lado
Encuadernación:
Tapa blanda o Bolsillo
País de publicación :
España
Idioma de publicación :
Castellano
Idioma original :
Castellano
Autor/a: :
Marcús, Joana
ISBN:
978-84-18798-91-7
EAN:
9788418798917
Dimensiones:
215 x 143 mm.
Peso:
423 gramos
Nº páginas:
432
Fecha publicación :
02-11-2022
Más sobre el autor

Marcús, Joana

Joana Marcús (Mallorca, 2000). Actualmente estudia Psicología y vive con su familia en un pequeño pueblo de la isla. Se inició como escritora en Wattpad, donde sus novelas han obtenido diversos reconocimientos y premios.

El viaje apostólico a Bahréin

 (Cfr. www.almudi.org)

 

 



PARA ESCUCHARLA Y VERLA, Pincha aquí: https://youtu.be/yx6ks3wRO3E

En la Audiencia general de hoy, el Santo Padre ha repasado los momentos más significativos de su viaje apostólico a Baréin, resumiéndolos en tres palabras: diálogo, encuentro y camino

Catequesis del Santo Padre en español

Texto completo de la catequesis del Santo padre traducido al español

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! ¡Hace un poquito de frío, pero está bien! Antes de hablar de lo que he preparado, quería llamar la atención sobre esos dos niños que han venido aquí. No han pedido permiso, no han dicho: “Ah, me da miedo”: han venido directamente. Así debemos ser nosotros con Dios: directamente. Nos han dado ejemplo de cómo debemos comportarnos con Dios, con el Señor: ¡adelante! Él nos espera siempre. Me ha hecho bien ver la confianza de esos dos niños: ha sido un ejemplo para todos. Así debemos acercarnos siempre al Señor: con libertad. Gracias.

Hace tres días regresé del viaje al Reino de Baréin, que yo no conocía: realmente no sabía cómo era ese reino. Deseo agradecer a todos los que acompañaron esta visita con el apoyo de la oración, y renovar mi agradecimiento a Su Majestad el Rey, a las demás Autoridades, a la Iglesia local y a la población por su calurosa acogida. Y también quiero agradecer a los organizadores de los viajes: para hacer este viaje hay un movimiento de gente, la Secretaría de Estado trabaja mucho para preparar los discursos, para preparar la logística, todo, se mueven muchos... luego, los traductores... y además el Cuerpo de la Gendarmería, el Cuerpo de la Guardia Suiza, que son muy buenos. ¡Es un trabajo enorme! A todos, a todos, quiero agradeceros públicamente todo lo que hacéis para que el viaje de un Papa salga bien. Gracias.

Surge espontáneo preguntarse: ¿por qué el Papa quería visitar ese pequeño país con una mayoría musulmana tan grande? Hay muchos países cristianos, ¿por qué no va primero a uno o a otro? Quisiera responder con tres palabras: diálogo, encuentro y camino.

Diálogo: la ocasión del viaje, largamente deseado, la ofreció la invitación del Rey a un Foro sobre el diálogo entre Oriente y Occidente. Diálogo que sirva para descubrir la riqueza de quienes pertenecen a otros pueblos, a otras tradiciones, a otros credos. Baréin, un archipiélago formado por muchas islas, nos ha ayudado a comprender que no se debe vivir aislado, sino acercándose. En Baréin, que son islas, se han acercado, se tocan. La causa de la paz lo exige, y el diálogo es “el oxígeno de la paz”. No lo olvidéis: el diálogo es el oxígeno de la paz. Incluso de la paz doméstica. Si hubo una guerra allí, entre marido y mujer, luego con el diálogo conseguimos la paz. En la familia, dialogar también: diálogo, porque con el diálogo se conserva la paz. Hace casi sesenta años el Concilio Vaticano II, hablando de la construcción del edificio de la paz, afirmó que «hoy exige de ellos [los hombres] con toda certeza que amplíen su mente más allá de las fronteras de la propia nación, renuncien al egoísmo nacional y a la ambición de dominar a otras naciones, alimenten un profundo respeto por toda la humanidad, que corre ya, aunque tan laboriosamente, hacia su mayor unidad» (Gaudium et spes, 82). En Baréin sentí esa necesidad y deseé que, en todo el mundo, los líderes religiosos y civiles supieran mirar más allá de sus fronteras, de sus comunidades, para cuidar del conjunto. Solo así se pueden abordar ciertos temas universales, por ejemplo el olvido de Dios, la tragedia del hambre, la protección de la creación, la paz. Juntos se piensa en eso. En este sentido, el Foro de Diálogo, titulado “Oriente y Occidente por la convivencia humana”, instó a elegir el camino del encuentro y rechazar el de la confrontación. ¡Cuánto lo necesitamos! ¡Cuánto necesitamos encontrarnos! Pienso en la loca guerra –¡loca!– de la que es víctima la atormentada Ucrania, y en muchos otros conflictos, que nunca se resolverán con la lógica pueril de las armas, sino sólo con la fuerza mansa del diálogo. Pero más allá de Ucrania, que está desolada, pensemos en las guerras que han durado años, y pensemos en Siria –¡más de 10 años!–, piense por ejemplo en Siria, pensemos en los niños de Yemen, pensemos en Myanmar: ¡en todas partes! Ahora, Ucrania está más cerca, ¿qué hacen las guerras? Destruyen, destruyen a la humanidad, destruyen todo. Los conflictos no se resuelven mediante la guerra.

Pero no puede haber diálogo sin –segunda palabra– encuentro. En Baréin nos encontramos, y varias veces sentí surgir el deseo de que entre cristianos y musulmanes aumenten los encuentros, que se establezcan relaciones más sólidas, que nos lo tomemos más a pecho. En Baréin –como es costumbre en Oriente– la gente se lleva la mano al corazón cuando saluda a alguien. Yo también lo hice, para hacer espacio dentro de mí para los que conocí. Porque, sin aceptación, el diálogo queda vacío, aparente, se queda en una cuestión de ideas y no de realidad. Entre los muchos encuentros, recuerdo el que tuve con mi querido hermano, el Gran Imán de Al-Azhar –¡querido hermano!–; y en el de los jóvenes del Colegio Sagrado Corazón, alumnos que nos han dado una gran enseñanza: estudian juntos, cristianos y musulmanes. Como jóvenes, como chicos, como niños es necesario conocerse, para que el encuentro fraterno impida divisiones ideológicas. Y aquí quiero agradecer al Colegio Sagrado Corazón, agradecer a Sor Rosalyn que lleva tan bien ese colegio, y a los jóvenes que participaron con discursos, oraciones, bailes, cantos: ¡los recuerdo bien! Muchas gracias. Pero también los ancianos ofrecieron un testimonio de sabiduría fraterna: pienso en la reunión con el Consejo Musulmán de Ancianos, una organización internacional nacida hace unos años, que promueve las buenas relaciones entre las comunidades islámicas, en nombre del respeto, la moderación y la paz, oponiéndose al fundamentalismo y a la violencia.

Así llegamos a la tercera palabra: camino. El viaje a Baréin no debe verse como un episodio aislado, es parte de un recorrido, inaugurado por San Juan Pablo II cuando fue a Marruecos. Así, la primera visita de un Papa a Baréin ha representado un nuevo paso en el camino entre creyentes cristianos y musulmanes: no para confundirnos ni diluir la fe, no: el diálogo no diluye; sino para construir alianzas fraternas en nombre del Padre Abraham, que fue peregrino en la tierra bajo la mirada misericordiosa del único Dios del Cielo, Dios de la paz. Por eso el lema del viaje era: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. ¿Y por qué digo que el diálogo no diluye? Porque para dialogar hay que tener identidad propia, hay que partir de la propia identidad. Si no tienes identidad, no puedes dialogar, porque ni siquiera entiendes lo que eres. Para que un diálogo sea bueno, siempre hay que partir de la propia identidad, ser consciente de la propia identidad, y así se puede dialogar.

Diálogo, encuentro y camino en Baréin también se realizó entre los cristianos: por ejemplo, el primer encuentro, de hecho, fue ecuménico, de oración por la paz, con el querido Patriarca y hermano Bartolomé y con hermanos y hermanas de diversas confesiones y ritos. Tuvo lugar en la Catedral, dedicada a Nuestra Señora de Arabia, cuya estructura evoca una tienda de campaña, aquella en la que, según la Biblia, Dios se encontró con Moisés en el desierto, en el camino. Los hermanos y hermanas en la fe que conocí en Baréin viven realmente “en camino”: son en su mayoría trabajadores inmigrantes que, lejos de casa, encuentran sus raíces en el Pueblo de Dios y su familia en la gran familia de la Iglesia. Es maravilloso ver a esos inmigrantes filipinos, indios y de otros lugares, cristianos que se reúnen y se sostienen en la fe. Y van adelante con alegría, con la certeza de que la esperanza de Dios no defrauda (cfr. Rm 5,5). Al encontrar a los Pastores, consagrados y consagradas, agentes de pastoral y, en la Misa festiva y emotiva celebrada en el estadio, numerosos fieles, también de otros países del Golfo, les llevé el afecto de toda la Iglesia. Ese fue el viaje.

Y hoy quisiera transmitiros su alegría genuina, sencilla y hermosa. Reunidos y rezando juntos, nos sentimos un solo corazón y una sola alma. Pensando en su camino, en su experiencia diaria de diálogo, sintámonos todos llamados a dilatar horizontes: por favor, corazones dilatados, no cerrados, duros. Abrid los corazones, porque todos somos hermanos y para que esta fraternidad humana vaya más allá. Ensanchar horizontes, abrirnos, ampliar intereses y dedicarnos a conocer a los demás. Si te dedicas a conocer a los demás, nunca te sentirás amenazado. Pero si tienes miedo de los demás, tú mismo serás una amenaza para ellos. El camino de la fraternidad y de la paz, para avanzar, necesita de todos y cada uno. Yo doy la mano, pero si no hay otra mano al otro lado, no sirve de nada. ¡Que la Virgen nos ayude en este camino! ¡Gracias!

Saludos

Saludo cordialmente a las personas de lengua francesa, en particular a los peregrinos de la diócesis de Auch y a los jóvenes de las escuelas Francs Bourgeois-La Salle. Hermanos y hermanas, siguiendo el ejemplo del pueblo de Bahréin, sintámonos todos llamados a ampliar nuestros horizontes y nuestros intereses, abriéndonos al conocimiento de los demás. Porque para avanzar por el camino de la fraternidad y de la paz, necesitamos de todos y de cada uno. ¡Dios os bendiga!

Doy la bienvenida a todos los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los de Dinamarca, Finlandia, Canadá y Estados Unidos de América. Sobre todos vosotros invoco la alegría y la paz de Cristo nuestro Señor. ¡Dios os bendiga!

Saludo de corazón a los fieles de lengua alemana. El mes de noviembre, particularmente dedicado a la oración por los difuntos, nos recuerda que la caridad cristiana abraza también a quienes nos han precedido en la fe. Que Cristo Señor les haga partícipes y a cada uno de nosotros en la eterna Comunión de los Santos.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española —veo que hay un montón de mexicanos, bienvenidos—. Los animo a que sigamos avanzando por el camino de la fraternidad y de la paz, abiertos al diálogo y al encuentro con los demás. Que María nos acompañe en esta senda, y nos ayude especialmente a compartir nuestra vida con los pobres, cuya Jornada Mundial celebraremos el próximo domingo. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua portuguesa. Pasado mañana comienza en Recife, Brasil, el XVIII Congreso Eucarístico Nacional. Espero que ese encuentro con Jesús Eucarístico fortalezca en los fieles el deseo de continuar en el camino del diálogo fraterno con todos. ¡Dios os bendiga y os proteja de todo mal!

Saludo a los fieles de lengua árabe. El camino de la fraternidad y de la paz, para avanzar, necesita de todos y de cada uno. ¡Por eso, comprometámonos en todas partes y de verdad por la paz! ¡El Señor os bendiga a todos y os proteja siempre de todo mal!

Saludo cordialmente a los peregrinos polacos. Os agradezco el don de la oración con que me habéis acompañado en mi camino al Reino de Bahréin. Pasado mañana celebraréis el aniversario de la independencia de Polonia: que esa fecha significativa suscite en todos agradecimiento a Dios y un renovado compromiso por la fraternidad, la protección de la vida y la dignidad de la persona humana en vuestro país y en el ámbito internacional, especialmente en la vecina Ucrania. Os bendigo de corazón.

Renuevo mi invitación a rezar por la atormentada Ucrania: pidamos al Señor la paz para ese pueblo que está tan atribulado y que sufre tanta crueldad, tanta crueldad por parte de los mercenarios que hacen la guerra.

Mis pensamientos se dirigen ahora al pueblo chipriota, en luto nacional por el fallecimiento de Su Beatitud Crisóstomo II. Fue un pastor con visión de futuro, hombre de diálogo y amante de la paz, que trató de promover la reconciliación entre las diferentes comunidades del país. Recuerdo con agradecido afecto los encuentros fraternos que compartimos en Chipre durante mi visita del año pasado. Oramos por el eterno descanso de su alma.

El sábado pasado en Merù (Kenia) fue beatificada sor María Carola Cecchin, de la Congregación de las Hermanas de San José Benedetto Cottolengo, fallecida en 1925, a la edad de 48 años, después de haber dado testimonio del Evangelio de la caridad a las poblaciones africanas. Que su ejemplo de mujer buena y sabia sostenga a quienes trabajan por la expansión del Reino de Dios ¡Un aplauso para la nueva beata!

Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. En particular, saludo a la comunidad vocacional del Seminario de Pordenone con su Obispo, a las escuelas de fútbol de Bellante y a la Asociación de marineros de Tarento.

Mi pensamiento, por último, se dirige, como siempre, a los jóvenes, enfermos, ancianos y recién casados. Hoy celebramos la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Giovanni de Letrán. Junto a ella recordamos las iglesias donde vuestras comunidades se reúnen para celebrar los misterios divinos. Que el vínculo con vuestra Iglesia aumente en cada uno la alegría de caminar juntos al servicio del Evangelio, en el ofrecimiento de la oración y en el compartir de la caridad. A todos mi bendición.

Fuente: vatican.va / romereports.com

Traducción de Luis Montoya