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Cristo se representa como símbolo de redención, símbolo de perdón y símbolo de protección
En
Río de Janeiro, ciudad emblemática del Brasil, se encuentra la estatua
del Cristo Redentor, conocida también como Cristo del Corcovado. Su
importante valor simbólico ha promovido las peregrinaciones de los
católicos más devotos, pero también ha atraído la visita de los turistas
deseosos de develar los misterios de una de las siete maravillas del
mundo moderno.
La
imagen de Jesucristo corona la cima del monte Corcovado, ubicado en el
Parque Nacional de la Tijuca. El monte alcanza unos 710 metros sobre el
nivel del mar. Allí, un pedestal de 8 metros soporta al Cristo Redentor
con sus 30,1 metros de altura y un peso de 1200 toneladas. Desde allí,
el Cristo vigila la ciudad de Río de Janeiro y contempla el monte de Pão
de Açúcar.
Características
La
obra Cristo Redentor está concebida como una escultura monumental de
estilo art déco. Este fue un estilo artístico internacional ecléctico
surgido en el período de entreguerras, es decir, entre 1920 y 1939
aproximadamente, si bien no tuvo nombre hasta la década de 1960. Ejerció
gran influencia en las bellas artes, pero especialmente en la
arquitectura y las artes aplicadas.
Como
tendencia, el art déco se caracterizaba por el refinamiento elegante y
sensual; el lenguaje eclecticista e historicista; el empleo de la línea
recta; el uso del zig-zag y elementos geométricos, en particular el
hexágono, el octágono y el cuadrado. Eventualmente se aplicaban curvas y
espirales, siempre que estuvieran sometidas al sentido geométrico y no a
la asociación con las formas de la naturaleza.
En este contexto estilístico, se enmarca la estatua del Cristo redentor.
La
obra, cuya armazón estructural es de hormigón armado, está cubierta por
esteatita, una piedra llamada también roca de jabón debido a la
maleabilidad de su materia. Con esteatita se hicieron millones de
teselas triangulares que se combinaron sobre la superficie de la estatua
para crear un revestimiento.
Iconográficamente,
la obra se describe como una representación de Jesucristo con los
brazos abiertos. En sus manos, son visibles las llagas de la
crucifixión, de manera que se trata de Cristo resucitado, esperanza del
creyente. Sobre su cabeza, una pequeña corona se deja entrever.
Cristo
aparece ataviado con una túnica o vestido hasta los pies, sin llegar a
taparlos. La túnica es recubierta por un manto cuya superficie y
diagonal contrasta con los canales verticales formados en la base de la
misma.
Corazón del Cristo Redentor por dentro de la escultura.
El
pecho de Jesús está ligeramente al descubierto, pues ni el manto ni la
túnica llegan a cerrarse alrededor del cuello. Este detalles es
aprovechado para exhibir el corazón de Jesús en todo el centro del
pecho, como un corazón que se desborda de tanto amar.
Este
corazón puede verse también por dentro, e igualmente está recubierto
con las teselas de esteatita. El corazón tiene una dimensión de 1,30
metros.
Se
dice que dentro del corazón, un frasco de vidrio alberga un pergamino
con los árboles genealógico de Heitor Levy, el maestro de obras, y Pedro
Fernandes, ingeniero fiscal.
Uno
de los brazos tiene 40 centímetros menos que el otro para garantizar,
al igual que las velas de un barco, que pueda resistir vientos de 150
km/hora.
Historia
La
idea de hacer un monumento en la cima del cerro Corcovado había nacido
en el año 1859 del sacerdote Pierre-Marie Boss. Este monumento sería,
para él, un homenaje a la hija del emperador Pedro II, la princesa
Isabel. Sin embargo, pasaría mucho tiempo antes de que esa idea pudiera
concretarse.
En
efecto, será solo en la década de 1920 cuando el Círculo Católico de
Río de Janeiro se disponga a dar cumplimiento al sueño de construir un
monumento en el Corcovado. La excusa será la celebración del primer
centenario de la independencia de Brasil.
En
1921 la Iglesia Católica convocó un concurso del que resultaría ganador
el arquitecto Heitor da Silva Costa inspirado en la obra del artista
multifacético Carlos Oswald.
Para
llevar a cabo el proyecto, se realizaron actividades de recaudación de
fondos y se recibieron donaciones gracias al espíritu emprendedor del
cardenal Sebastião Leme, de la arquidiócesis de Río de Janeiro.
La
obra no fue trabajada “in situ” sino que sus partes fueron encargadas a
diferentes artistas, algunos de los cuales ni siquiera llegaron a
visitar nunca el monumento.
De
este modo, cada parte de la escultura fue encargada a diferentes
artistas. Es el caso de la cabeza y las manos, encargadas al rumano
Gheorghe Leonida y a Paul Landowski, artista polaco-francés.
Los
cálculos de la estructura fueron hechos por el especialista en concreto
armado, el ingeniero Albert Caquot. Junto a Heitor da Silva Costa,
supervisor de todo el proyecto, también se destacó Heitor Levy, su mano
derecha, en el trabajo de maestro de obras.
Tras
cinco años de construcción, el Cristo Redentor o Cristo del Corcovado
fue inaugurado el 12 de octubre del año 1931. En el año 2007 fue elegido
como una de las Siete Maravillas Modernas.
Significado
El
Cristo Redentor es una obra cuya significación se relaciona con el
imaginario religioso de Brasil. Para este país, fuertemente influenciado
por el catolicismo, Cristo se representa como símbolo de redención,
símbolo de perdón y símbolo de protección.
Así,
la actitud corporal del Cristo de la estatua refleja el espíritu de
acogida que se le atribuye a la figura de Jesús como puente entre Dios y
la humanidad, como mesías. Pero también es una señal de protección.
Cristo protege bajo sus brazos al pueblo carioca, como un ave que bajo
sus alas recoge a sus pollitos.
Al
mismo tiempo, la estatua parece recibir al visitante de la ciudad, en
un gesto doble de dar la bienvenida y mostrar el paisaje carioca.
La
disposición del Cristo redentor ante la ciudad nos hace pensar,
finalmente, en la idea de un pueblo oferente que se postra ante los pies
de su único salvador. El Cristo redentor es, pues, la ofrenda que sella
un pacto entre el pueblo y su Dios.
Pararrayos del Cristo Redentor
La
ubicación del monumento y sus características lo convierten en un
blanco de los rayos cuando se desatan las tormentas tropicales. Por
ello, para cuidar y proteger el monumento, se han instalado una serie de
pararrayos en los puntos más expuestos de la estatua, como la cabeza y
los brazos.
Si
bien es cierto que esto no impide los daños, minimiza el impacto. Por
ello, quienes custodian el monumento tienen una reserva de roca
esteatita para recomponer los sectores afectados durante las tormentas
eléctricas.
Curiosidades sobre el Cristo Redentor
Antes
de llamarse monte Corcovado, el cerro fue llamado por los portugueses
del siglo XVI "Pico de la Tentación", en alusión al pasaje de las
tentaciones del desierto de Jesús.
Antes
de su construcción, el monte Corcovado ya tenía un mirador en la cima.
Por eso, el tren que sube a los visitantes existía desde 1884, lo que
facilitó el proceso de los traslados durante el período de construcción.
La cabeza está formada por 50 piezas diferentes, todas ellas hechas en Francia.
Se comenzó a ensamblar desde la cabeza.
Ningún obrero murió durante la construcción del monumento, un fenómeno llamativo en la época.
La
estructura es hueca por dentro. Sin embargo, entrar es muy difícil. Es
necesario pedir la autorización de la Curia Metropolitana de Río de
Janeiro.
Andrea Imaginario, en culturagenial.com/es/